El surgimiento de la IA generativa como ChatGPT ha planteado desafíos sin precedentes al campo de la educación. Cada vez es más común que los estudiantes utilicen la IA para completar tareas y exámenes. Esto no solo reduce el valor de los diplomas, sino que también puede llevar a que talentos que carecen de habilidades prácticas ingresen a campos ocupacionales clave, poniendo en peligro la seguridad social. Este artículo proporcionará un análisis en profundidad del problema del fraude académico causado por la IA en la educación y discutirá su gravedad y deficiencias en las estrategias de respuesta.
Desde el lanzamiento público de ChatGPT, el impacto en la educación ha sido profundo y preocupante. Cada vez más, los estudiantes utilizan IA generativa para completar tareas y exámenes, y el trabajo presentado se considera un trabajo académico auténtico. Este fenómeno no sólo devalúa los títulos de secundaria y universitarios, sino que también puede llevar a que muchos estudiantes ingresen a campos profesionales importantes, como enfermeras, ingenieros y bomberos, sin un aprendizaje real, lo que tendrá graves consecuencias para la sociedad.
Nota sobre la fuente de la imagen: la imagen es generada por AI y el proveedor de servicios de autorización de imágenes Midjourney
Sin embargo, la mayoría de las escuelas e instituciones educativas no prestan suficiente atención a la lucha contra el fraude académico mediante IA. Lo que es aún más impactante es que algunas escuelas incluso han tomado la iniciativa de relajar las restricciones sobre el uso de IA, permitiendo a los estudiantes usar herramientas de IA pero prohibiendo el uso de tecnología que pueda detectar tareas de IA. Esta decisión equivocada debilitará en gran medida la capacidad de supervisión del maestro.
Una investigación reciente de la Universidad de Reading en el Reino Unido muestra que los profesores son casi incapaces de reconocer el trabajo académico generado por la IA. El equipo de investigación presentó tareas generadas por IA con identidades de estudiantes falsas y descubrió que el 94% del trabajo enviado no fue detectado. Si se aplicaran estándares de detección más estrictos, el 97% de los envíos de IA aún no serían marcados como posible generación de IA. Esto muestra que incluso en circunstancias ideales, la tasa de reconocimiento de los trabajos de IA por parte de los docentes es muy baja.
Esta no es la primera vez que aparece una advertencia de este tipo. Investigaciones anteriores de la Universidad del Sur de Florida mostraron que los expertos en lingüística no podían distinguir entre texto generado por IA y texto escrito por humanos. Otro estudio de Vietnam mostró que el sistema de detección de IA era capaz de identificar eficazmente textos de IA, mientras que la capacidad de reconocimiento de los profesores humanos estaba muy por detrás.
Además, las últimas investigaciones han descubierto que las tareas generadas por IA tienden a obtener puntuaciones más altas que las tareas de estudiantes reales. Las investigaciones muestran que en el 83,4% de los casos, las tareas enviadas por IA obtuvieron puntuaciones más altas que las asignaciones seleccionadas al azar de estudiantes humanos similares. Esto significa que los estudiantes que utilizan herramientas básicas de IA tienen más probabilidades de obtener una puntuación más alta en su trabajo que sus compañeros que completan sus tareas con cuidado.
En las aulas reales, aunque los sistemas de detección pueden detectar tareas de IA, los profesores suelen ser cautelosos a la hora de informar sobre la integridad académica y muchas escuelas carecen de medidas punitivas adecuadas para los infractores. En resumen, si las escuelas no utilizan tecnología de detección de IA, los estudiantes que la utilizan para hacer trampa pueden obtener puntuaciones más altas casi fácilmente sin preocuparse de ser descubiertos.
El entorno actual de cursos en línea agrava este problema, ya que los profesores no pueden conocer realmente las identidades de sus estudiantes, lo que aumenta la probabilidad de hacer trampa. Si bien las escuelas pueden abordar este problema mediante el seguimiento de las pruebas o el uso de entornos de escritura que rastrean las revisiones, muchas escuelas no están dispuestas a gastar energía y dinero para implementar estas medidas. Por tanto, el fenómeno del fraude académico es cada vez más grave y las respuestas eficaces a este problema siguen siendo insuficientes.
Ante la crisis de integridad académica provocada por la IA, las escuelas y las instituciones educativas deben tomar medidas activas, como fortalecer la aplicación de la tecnología de detección de IA, mejorar los métodos de enseñanza, cultivar las habilidades de pensamiento crítico de los estudiantes y formular normas de integridad académica y medidas punitivas más estrictas. . Sólo de esta manera podrán abordarse eficazmente los desafíos y mantenerse la equidad y la justicia en la educación.