Para hacer frente a la competencia tecnológica global cada vez más feroz, especialmente con la presión competitiva de China, el primer ministro Shigeru Ishiba anunció que invertiría más de 10 billones de yenes (alrededor de 65 mil millones de dólares) para desarrollar las industrias semiconductores e inteligencia artificial. La medida tiene como objetivo mejorar la competitividad de Japón en el sector de la tecnología global y se espera que impulse más de 50 billones de yenes en inversión pública y privada. Este plan de inversión cubre múltiples aspectos, como apoyo financiero, apoyo de políticas y modelos de financiamiento innovadores, y tiene como objetivo mejorar la autonomía y la competitividad de Japón en los campos de tecnología clave. Este artículo analizará en detalle este importante plan de inversión del gobierno japonés y las consideraciones estratégicas detrás de él.
El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, anunció recientemente que el gobierno invertirá más de 10 billones de yenes (alrededor de 65 mil millones de dólares) para apoyar a las industrias de inteligencia y inteligencia artificiales del país. Este movimiento tiene como objetivo ayudar a Japón a obtener un punto de apoyo en la competencia tecnológica global, especialmente en su competencia con China.
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Ishiba dijo que el nuevo financiamiento público estará vigente para el año fiscal 2030 y se espera que sea un catalizador para promover la inversión pública y privada, que se espera que atraiga más de 50 billones de yenes en inversión durante la próxima década. Según el borrador del plan de estímulo económico visto por el reportero, este marco de financiación se separará de la financiación anterior de aproximadamente 4 billones de yenes, y planea tener un impacto económico de aproximadamente 160 billones de yenes para la economía japonesa.
Actualmente, se espera que la demanda global de semiconductores crezca a 150 billones de yenes en la próxima década. El gobierno japonés espera promover el crecimiento económico general del país a través de ejemplos positivos de revitalización regional, como la fábrica de chips TSMC ubicada en Kumamoto.
Al mismo tiempo, la inversión de China en el campo de los semiconductores no debe subestimarse. Según los datos, el número de fábricas de semiconductores de China en construcción está liderando el mundo y está aumentando su apoyo a los fabricantes de chips locales a través de la inversión nacional. En contraste, la Ley de CHIP y ciencia lanzada por el presidente de EE. UU. Biden en 2022 promete $ 39 mil millones en subsidios, más $ 75 mil millones en préstamos y garantías, así como los créditos fiscales de hasta el 25% buscan seguir siendo competitivos en esta importante área.
El gobierno de Shigeru Ishiba también está buscando nuevos canales de financiación para proporcionar fondos a la industria de semiconductores. Según un informe de Nikkei el 1 de noviembre, el gobierno planea emitir bonos asegurados mediante activos de posesión (incluidas las acciones de NTT) para proporcionar subsidios a las compañías de semiconductores.
Según el nuevo marco, Shigeru Ishiba enfatizó que los fondos no se recaudarán a través de aumentos de impuestos, y también discutirán el uso específico de fondos con varios departamentos. Esta serie de medidas marca la determinación de Japón para aumentar la inversión en la competencia global de semiconductores e inteligencia artificial para garantizar la seguridad económica.
Puntos clave:
El gobierno japonés se ha comprometido a invertir $ 65 mil millones en apoyo de las industrias semiconductores y de inteligencia artificial durante la próxima década.
El nuevo marco de financiación está diseñado para impulsar más de 50 billones de yenes de inversión pública y privada.
El gobierno de Ishiba planea brindar apoyo financiero a la industria de los chips a través de métodos innovadores, como la emisión de bonos garantizados.
En resumen, el enorme plan de inversión del gobierno japonés refleja su determinación de salvaguardar la seguridad económica nacional en la competencia tecnológica global. El uso efectivo de este fondo y la implementación de políticas posteriores afectarán directamente al desarrollo futuro de Japón en los campos de semiconductores e inteligencia artificial, y merecerán atención continua.