Moxie, un robot social diseñado para niños autistas, dejó de funcionar debido al colapso de su empresa matriz Embodied, lo que provocó una atención generalizada y un debate social. El robot de 799 dólares se ganó el favor de muchas familias con su linda apariencia estilo Pixar y sus características interactivas basadas en grandes modelos de lenguaje, pero corrió el destino de ser descontinuado en un corto período de tiempo. Este incidente no solo provocó un enorme impacto emocional en muchos niños y padres que dependen de Moxie para la práctica social, sino que también provocó una profunda reflexión de la gente sobre la sostenibilidad de la industria de la inteligencia artificial y la aplicación de la IA en el campo de la educación infantil.
La empresa de inteligencia artificial Embodied anunció que descontinuaría Moxie y dijo que no proporcionaría reembolsos ni reparaciones, una decisión que tomó a muchos padres desprevenidos y decepcionados. La interrupción de Moxie no sólo pone de relieve los riesgos de depender de dispositivos de computación en la nube, sino que también genera un debate sobre el papel de la IA en el desarrollo social y emocional de los niños. Los expertos señalan que la inteligencia artificial no puede reemplazar completamente los roles emocionales y sociales de los humanos, especialmente en el caso de los niños con necesidades especiales, es posible que la IA no pueda proporcionar suficiente empatía e interacción profunda. El caso de Moxie ha sonado una llamada de atención para la industria de la inteligencia artificial, recordándonos que debemos examinar cuidadosamente la aplicación de la tecnología de IA en el desarrollo y la educación de los niños, y evitar el optimismo ciego y la dependencia excesiva.
La suspensión de Moxie es una advertencia que nos recuerda que debemos prestar atención al desarrollo sostenible de la industria de la inteligencia artificial, así como a las cuestiones éticas y prácticas de la aplicación de la tecnología de IA en el campo de la educación infantil. En el futuro, debemos evaluar y supervisar más cuidadosamente la aplicación de la tecnología de inteligencia artificial en el campo de los niños y garantizar que realmente pueda aportar beneficios al crecimiento saludable de los niños en lugar de causar más problemas y riesgos. Necesitamos prestar más atención a la interacción entre las personas y al papel de la tecnología de inteligencia artificial para ayudar a la interacción humana.